¿Has sentido hinchazón, dolor u hormigueo en las extremidades inferiores? ¿Has notado que te salen venas retorcidas? Estos podrían ser signos de una mala circulación en las piernas, un trastorno que afecta al sistema vascular y que puede tener consecuencias graves para tu salud. No se trata solo de un problema estético, sino de un riesgo potencial para tu vida.
La mala circulación sanguínea, también llamada mala perfusión, ocurre cuando se reduce o se acumula el flujo de sangre en una parte específica del cuerpo, impidiendo que el oxígeno llegue hasta las extremidades, como las piernas, brazos o manos, según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
El problema es que la mala circulación sanguínea no solo puede provocar que se te duerma la pierna después de estar mucho tiempo sentada o la aparición de várices, sino que también puede causar la formación de un coágulo sanguíneo que obstruya una arteria. ¡Así como lo oyes! En sí no es una enfermedad, sino un síndrome que puede tener diversas causas.
CÓMO RECONOCER LA MALA CIRCULACIÓN EN LAS PIERNAS
Si últimamente has notado tus tobillos, pies o piernas hinchadas ten cuidado, podría ser uno de los primeros síntomas de una mala circulación de la sangre, pero también hay otros que debes conocer:
- Hormigueo y entumecimiento: se produce al restringir el flujo sanguíneo, ocasionando entumecimiento o sensación de pinchazos en las extremidades.
- Calambres musculares: cuando la sangre no circula adecuadamente, el oxígeno transportado en ella no llega a los tejidos musculares de manera eficaz, ocasionando rigidez o espasmos musculares.
- Sensación de frío en extremidades: la reducción del flujo sanguíneo ocasiona que las extremidades se sientan más frías a diferencia de otras partes del cuerpo, para compensar esta falta de flujo sanguíneo, el cuerpo envía sangre a los órganos principales, como el corazón y los pulmones, descendiendo la temperatura en manos, piernas o brazos.
QUÉ ÓRGANOS SE VEN AFECTADOS POR LA MALA CIRCULACIÓN
La mala circulación puede afectar a varios órganos del cuerpo, entre ellos el corazón, el cerebro e incluso los riñones, ya que estos necesitan un flujo sanguíneo adecuado para filtrar y eliminar los desechos del cuerpo, así como el exceso de líquido.
Una disminución del flujo sanguíneo en la arteria renal puede ocasionar problemas de insuficiencia renal permanente, el problema es que a largo plazo desarrolla la pérdida de las funciones del riñón y, en última instancia, la muerte.
Otro órgano que se ve afectado por la mala circulación es el corazón. Cuando la sangre no llega bien al músculo cardíaco, se produce una isquemia que puede causar angina de pecho o infarto. Además, la mala circulación favorece la acumulación de colesterol y otras sustancias en las paredes de las arterias coronarias, lo que aumenta el riesgo de aterosclerosis.
El cerebro también necesita un buen flujo sanguíneo para funcionar correctamente. Cuando la sangre no llega bien al cerebro, se produce una hipoxia cerebral que puede causar mareos, vértigos, confusión mental o pérdida de memoria. Además, si se forma un coágulo que obstruye una arteria cerebral, se produce un accidente cerebrovascular o ictus.
Redacción de rdndigital.com
Con información de salud180.com
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