Fuente: eldebate.com
El desayuno es una de las comidas que más debate suscita. Frente a los expertos que consideran que es la comida más importante del día están los que restan valor a esta primera ingesta diaria.
Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid, publicado en la revista Nutrición Hospitalaria, se asegura que el desayuno de la población es mejorable, ya que un elevado porcentaje de la población infantil y adulta española realiza un desayuno insuficiente o incorpora alimentos con un perfil nutricional inadecuado. «Los estudios científicos sugieren que desayunar se relaciona con una mayor ingesta de nutrientes a lo largo del día, mejor cobertura de las recomendaciones nutricionales y mejor calidad de la dieta. También se asocia con un mejor control del peso corporal y mejores indicadores de riesgo cardiometabólicos, tanto en niños como en adultos. Desayunar se ha relacionado con mejoras en la atención y en la función cognitiva en todos los grupos de edad», afirma el trabajo.
Una investigación recién publicada en la que participa la Universidad de Oviedo ha revelado que un desayuno adecuado disminuye el riesgo de desarrollar el síndrome metabólico, una patología en aumento que ocurre cuando se dan en la misma persona, al menos, tres de los siguientes requisitos: obesidad, triglicéridos elevados, HDL-Colesterol bajo, hipertensión arterial y diabetes.
NUEVA INVESTIGACIÓN
El trabajo, publicado en la revista Nutrients, concluye que aquellas personas que ingieren entre un 15% y un 30% de sus calorías diarias durante la primera comida del día presentan una menor proporción de obesidad, hipertensión arterial y diabetes. La investigación ha sido de máximo impacto en su área del conocimiento.
Cristina Lasheras Mayo, profesora del Departamento de Biología Funcional de la Universidad de Oviedo, explica en un comunicado difundido por la propia Universidad que «muchos estudios han concluido que el desayuno es una de las comidas más importantes del día y que aquellos que no desayunan tienen más problemas de salud. Sin embargo, la mayoría de los estudios que han valorado la relación entre la composición de la ingesta y distintas enfermedades, se han focalizado en el efecto de las comidas del mediodía, la cena o bien en la ingesta nocturna y son pocos los que lo han hecho en el desayuno» y añade: «Por este motivo, nos propusimos en este trabajo profundizar en el efecto del desayuno sobre la salud metabólica».
A cada participante de la investigación, que se llevó a cabo con voluntarios del estudio prospectivo sobre dieta, cáncer y salud EPIC, se le realizó una historia de dieta y se le extrajo una muestra de sangre. Así, se obtuvo la ingesta de carbohidratos, proteínas, lípidos y fibra del total del día y de cada una de las tomas realizadas. Tras el análisis estadístico de los datos, se observó que la proporción de participantes que sufrían síndrome metabólico era un 38 % menor entre los que ingerían en el desayuno entre el 15 % y el 30 % de las calorías totales del día comparado con aquellos que consumían cantidades menores. Las patologías en las que se vio más efecto fueron la obesidad, la hipertensión y la diabetes.
EL RIESGO DEL PICOTEO
Otro resultado significativo observado en este trabajo es una tendencia a desayunar menos cantidad de energía entre aquellos individuos que realizan más de cinco ingestas al día. Esta mayor frecuencia de comidas, quizás debido a un mayor picoteo entre horas por parte de estas personas, se relaciona con un 23 % más de síndrome metabólico.
La profesora Lasheras indica que, a pesar de que el tipo de diseño del estudio no permite hablar de una relación causa-efecto, estudios experimentales han mostrado que consumir las mismas calorías a primera hora de la mañana frente a hacerlo al final del día, lleva consigo una mejor respuesta metabólica, además de un mayor gasto de calorías para digerir y almacenar los nutrientes.
Esta situación implica una mayor necesidad de calorías totales y una mejor respuesta a la glucosa, dos mecanismos implicados en un mejor control de la salud cardiometabólica. «Además, un buen desayuno con alimentos que nos aporten las calorías adecuadas aumenta la sensación de saciedad y, por tanto, disminuye la cantidad de comida ingerida el resto del día», subraya la investigadora.
«En definitiva, a pesar de que los horarios de vida actuales nos ponen difícil atender a nuestra biología y conseguir una buena distribución de la ingesta, el estudio señala la importancia de realizar un buen desayuno como una estrategia para disminuir el síndrome metabólico» concluye la profesora Lasheras.
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