El euro irrumpe en Venezuela y empieza a “ganar terreno” en los comercios6 min read

¿Euro en Venezuela? En el bullicioso centro comercial de Caracas, una tienda ofrece pantalones a 40 euros, cosméticos a partir de 10 euros y una promoción de dos camisetas por 20 euros. Estas cifras no representan un país europeo, sino la realidad del comercio en una Venezuela donde múltiples monedas coexisten. La médica Yusbe Reyes, de 27 años, se mostró atónita ante la situación, comentando que la referencia al euro en los precios desconcierta a los consumidores locales. La abreviatura “REF” que acompaña cada precio, indica que, aunque el bolívar es la moneda nacional, el cálculo se realiza según la tasa oficial del euro, lo que añade un nivel de complejidad a las compras cotidianas.

El uso del dólar ha sido predominante en Venezuela desde la crisis hiperinflacionaria que azotó al país entre 2017 y 2021. Sin embargo, en los últimos meses, el euro ha comenzado a reemplazar al dólar en diversos comercios, generando confusión entre los consumidores. La tendencia se ha intensificado, particularmente en el último trimestre, en medio de un mercado cambiario inestable. Ahora, los comerciantes ajustan sus precios en bolívares basándose en la cotización del euro, lo que refleja un cambio en la dinámica económica de Venezuela.

Mientras tanto, los restaurantes han seguido esta misma línea. Un establecimiento de Caracas muestra su menú en euros, y al momento de pagar, los clientes se encuentran con que sus facturas están en euros, utilizando el código internacional “EUR”. Los pagos en bolívares se convierten a esta tasa oficial, lo que crea un nuevo desafío para los comensales que intentan calcular el costo de su comida. Esta práctica pone de manifiesto la creciente aceptación del euro como una moneda de referencia en un país que no forma parte de la Eurozona.

A pesar de la posibilidad de pagar en euros en efectivo en muchos restaurantes, los comerciantes a menudo tratan ambas monedas con el mismo valor, lo que crea una notable incoherencia. Por ejemplo, en un restaurante, un cliente podría ver que el precio de un plato es de 24 dólares, pero al pagar en bolívares, se le aplicará la tasa correspondiente al euro, resultando en un monto mayor al esperado. Catherine García, una ejecutiva de ventas de 36 años, se sintió frustrada al experimentar esta discrepancia. Atrapada en la cola, decidió no comprar un aparato eléctrico que le habían cotizado a 24 dólares, ya que al momento de pagar le indicaron que el precio se calcularía con la tasa del euro.

Este tipo de confusión no es aislado. La falta de claridad en los precios puede llevar a los consumidores a sentir que están siendo engañados. La experiencia de García refleja una tendencia creciente en el país, donde las monedas extranjeras son cada vez más utilizadas, pero con reglas poco claras. Los comerciantes parecen estar adoptando el euro porque es visto como una moneda más estable que el bolívar, pero la falta de coherencia en su uso puede generar desconfianza entre los consumidores.

Los vendedores de diversos sectores en Caracas ahora dependen del euro como guía para calcular los precios en bolívares. Esta dependencia del euro ha llevado a que muchos consumidores se sientan desorientados y frustrados. La situación es un recordatorio constante de la crisis económica que enfrenta Venezuela y cómo las monedas extranjeras están comenzando a influir en la vida diaria de los ciudadanos.

El euro no solo se utiliza para los precios de bienes y servicios, sino también para el cálculo de multas. En el municipio Libertador de Caracas, por ejemplo, las infracciones relacionadas con el tránsito se penalizan en euros. Esta práctica se ha implementado a través de una ordenanza de la Alcaldía, lo que significa que ciudadanos que cometen infracciones deben pagar multas que están fijadas en euros, reflejando así el valor de esta moneda frente al bolívar.

En Chacao, otro municipio de Miranda, un motorizado fue multado recientemente con 40 euros por estacionarse en un lugar no permitido. El hombre, que prefirió permanecer en el anonimato, expresó su frustración al decir: “Yo vivo en Venezuela y no cobro en euros”. Esto destaca un problema aún más profundo relacionado con la adopción del euro en el contexto de un país que enfrenta enormes desafíos económicos. La percepción de que se está penalizando a los ciudadanos en una moneda que no es utilizada para sus ingresos crea una sensación de injusticia.

La implementación de multas en euros subraya las complejidades del sistema financiero en Venezuela. En vez de proporcionar claridad y estabilidad, la adopción del euro en diversas áreas, incluyendo el comercio y la legalidad, ha contribuido a un clima de incertidumbre que afecta tanto a los consumidores como a los comerciantes. La capacidad de los ciudadanos para adaptarse a esta nueva realidad puede ser clave para su supervivencia en un entorno económico volátil.

La situación económica en Venezuela es un reflejo de los desafíos que enfrentan muchos países en vías de desarrollo. La adopción del euro como una referencia de precios es una respuesta a la falta de confianza en la moneda local, pero también es un indicativo de la complejidad que enfrenta el pueblo venezolano en su día a día. La pregunta que queda es si el euro se convertirá en un nuevo estándar o si el bolívar aún tiene un papel que desempeñar en la economía del país. A medida que los precios continúan fluctuando y las monedas extranjeras ganan terreno, es fundamental que los consumidores comprendan plenamente cómo estas dinámicas les afectan.

Los ciudadanos de Caracas están atrapados en un sistema donde los precios son inciertos y la confianza en la moneda local es escasa. Las decisiones tomadas por los comerciantes en torno al uso del euro pueden tener un impacto significativo en la economía de Venezuela. La forma en que se gestionen estos cambios puede ser determinante para el futuro económico de Venezuela. La historia económica reciente de este país es un recordatorio de que las soluciones a los problemas financieros a menudo son más complicadas de lo que parecen.

En última instancia, la situación en Caracas plantea importantes preguntas sobre la economía local y la capacidad de sus ciudadanos para adaptarse a un entorno en constante cambio. ¿Cómo responderán los venezolanos a esta nueva realidad? ¿El euro se consolidará como la moneda de referencia, o habrá un regreso al uso del bolívar? Las respuestas a estas preguntas son vitales para comprender el futuro económico de Venezuela.

¿Qué opinas sobre la adopción del euro en los precios en Venezuela? ¿Crees que esta tendencia afectará la economía de Venezuela a largo plazo? ¿Has tenido experiencias similares al comprar en Caracas? ¿Te sientes confundido por la manera en que se calculan los precios en euros? ¿Qué medidas crees que deberían tomarse para mejorar la situación económica en el país? Déjanos tus comentarios y comparte tu opinión con nosotros. ¡Te leemos!

Muchas gracias por leerme. Hasta pronto.

Si le gustó la columna de hoy difúndala entre sus contactos, amigos o conocidos. Si quiere recibir en su celular ésta y otras informaciones, descargue la aplicación Telegram, busque nuestro Canal: RDN Digital y PRESIONE +Unirme o click sobre la imagen a continuación.