El futuro del consumo en Venezuela: Un escenario preocupante5 min read

El Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) ha compartido recientemente sus preocupantes proyecciones para el crecimiento económico en Venezuela, anticipando un aumento de apenas un 2% para este año. Además, se estima que la inflación alcanzará un alarmante 100% para finales de 2025, con un tipo de cambio que podría llegar a 100 bolívares por dólar. Este contexto sombrío plantea interrogantes sobre cómo se comportará el consumo en el país. La palabra clave optimizada para este artículo es «consumo en Venezuela», la cual se integrará a lo largo del texto.

Pedro Quintana, líder de Atenas Grupo Consultor, una firma dedicada a medir patrones de consumo, ha estado recopilando datos sobre el comportamiento de los hogares. Según su análisis, hasta noviembre de 2024, los hogares venezolanos habían incrementado su gasto en un 11,2% en comparación con el mismo período del año anterior, además de adquirir un 3,7% más de productos. Este repunte en el consumo se debe a dos factores macroeconómicos: el crecimiento sostenido de la economía y una estabilización del tipo de cambio que ayudó a contener la inflación, la cual solo subió un 4% en octubre.

Sin embargo, los datos sobre el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) están ausentes desde esa fecha, lo que le añade incertidumbre a la situación económica. La estabilización de la inflación y el tipo de cambio han permitido a los hogares aumentar su capacidad de compra, aunque esto se produce en un contexto donde la inflación sigue siendo un problema latente.

En cuanto a las categorías de productos más consumidos, el informe de Atenas Grupo Consultor destaca que las Proteínas representan el 25,2% del consumo, seguidas por Alimentos Básicos con un 20,1% y Lácteos con un 12,1%. Esto refleja una priorización de los alimentos esenciales en el presupuesto de los hogares. Para comprender mejor cómo los hogares distribuyen sus ingresos, Quintana divide el mercado en cinco tipos de núcleos familiares, lo que permite una visión más completa que la tradicional estratificación por niveles sociales.

El primer grupo, conocido como Familia Extendida, comprende un promedio de 4,1 miembros, de los cuales 1,9 están empleados. Este tipo de hogar representa el 42% del total y gasta aproximadamente 1,008 dólares trimestrales, lo que equivale a 336 dólares mensuales. Este grupo destina la mayor parte de su presupuesto a alimentos básicos, medicinas y transporte. En segundo lugar se encuentran los «veteranos con hijos», que, con un promedio de 3,3 miembros, destinan su presupuesto principalmente a transporte, educación y telecomunicaciones.

La tercera categoría es la Familia Joven, que cuenta con 3,6 miembros y gasta un promedio de 921 dólares trimestrales, priorizando la educación, el mantenimiento del hogar y la salud. La Familia Libre, con 1,6 miembros en promedio, gasta 760 dólares trimestrales, enfocándose en proteínas y entretenimiento. Por último, el Nido Vacío, que representa el 5% de los hogares, tiene un gasto trimestral de 838 dólares, dedicando la mayor parte de sus ingresos a transporte y salud.

El análisis revela que, en general, los hogares muestran un gasto diversificado, buscando satisfacer diversas necesidades con sus limitados recursos. En el período comprendido entre agosto y octubre de 2024, los hogares indicaron que asignaron un 22% de sus ingresos a transporte, un 14% a proteínas y un 10% a alimentos. Esta diversificación es una estrategia que refleja la necesidad de los consumidores de adaptarse a un entorno económico incierto y en constante cambio.

La brecha cambiaria ha sido un aspecto crucial en el consumo, ya que el 84% de las compras se realizan en bolívares, mientras que un 12% se efectúa en divisas estadounidenses y un 4% en pesos colombianos. Esto pone de manifiesto la dependencia de la moneda local y el impacto de la inflación en el poder adquisitivo de los hogares. Además, la falta de crédito al consumo ha afectado las decisiones de compra, aunque alternativas como la aplicación Cashea han comenzado a ofrecer soluciones para facilitar el acceso a productos no perecederos.

Mirando hacia 2025, las proyecciones son inciertas, y aunque los expertos no se comprometen con pronósticos específicos, el consenso es que la situación seguirá siendo compleja. Los datos sugieren que la población enfrenta niveles de ingresos que son muy bajos en comparación con la inflación. Para abordar estos desafíos, las empresas deberán enfocarse en mejorar la eficiencia mediante el uso de tecnología, así como en ofrecer productos y servicios de calidad.

En definitiva, la capacidad de los hogares para adaptarse a la crisis económica dependerá de múltiples factores, incluidos el uso de tecnología, la calidad de los productos y la atención al cliente. Es imperativo que las empresas mantengan su cuota de mercado y busquen nuevas oportunidades para incentivar la demanda. La situación actual exige un enfoque integral que contemple las diversas necesidades de los consumidores venezolanos.

¿Qué opinas sobre el pronóstico de crecimiento del 2% para este año? ¿Cómo crees que la inflación afectará tu capacidad de consumo en el futuro? ¿Qué categoría de productos crees que debería priorizarse en el consumo? ¿Consideras que las alternativas de crédito como Cashea son efectivas? ¿Qué estrategias crees que deberían adoptar las empresas para mejorar sus ventas en este contexto? Déjanos tus comentarios y comparte tu opinión con nosotros. ¡Te leemos!

Muchas gracias por leerme. Hasta pronto.

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