La verdad sobre la cerveza y tu salud: lo que no te cuentan los estudios5 min read

¿Te gusta tomar una cerveza de vez en cuando? ¿Crees que es buena para tu salud? Si es así, quizás te sorprenda saber que no todo lo que se dice sobre la cerveza es cierto. De hecho, hay estudios que intentan engañarte con falsas afirmaciones sobre los beneficios de la cerveza para tu organismo.

En este artículo te vamos a revelar la verdad sobre la cerveza y tu salud. Te vamos a mostrar cómo algunos estudios están financiados por las propias cerveceras y tienen conflictos de intereses. Te vamos a explicar por qué el alcohol que contiene la cerveza es más perjudicial que beneficioso para tu cuerpo. Y te vamos a dar algunos consejos para disfrutar de la cerveza con moderación y responsabilidad.

Uno de los estudios que más ha llamado la atención sobre la cerveza y la salud es el realizado por investigadores chinos. Según este estudio, la cerveza puede contribuir a un microbioma intestinal más sano. El microbioma intestinal es el conjunto de microorganismos que viven en nuestro intestino y que influyen en nuestra digestión, nuestro sistema inmunitario y nuestro estado de ánimo.

Los autores del estudio afirman que ciertos componentes de la cerveza, como los polifenoles o los prebióticos, son descompuestos por el microbioma intestinal y pueden tener así un efecto regulador sobre el sistema inmunitario. Según ellos, estos componentes tienen un efecto antiinflamatorio, anticoagulante y antioxidante; es decir, que protegen al organismo de las infecciones, los coágulos y los radicales libres.

Sin embargo, este estudio tiene varios problemas que ponen en duda su validez. El primero es que está financiado por el Laboratorio Estatal de Ingeniería de Fermentación Biológica de la Cerveza, que forma parte de la fábrica de cerveza Tsingtao, una de las dos mayores productoras de China. Además, dos de los cinco autores del estudio trabajan en el propio laboratorio de la cervecera, lo que indica un claro conflicto de intereses.

El segundo problema es que el estudio se basa en experimentos realizados con ratones y con cultivos celulares, lo que no permite extrapolar los resultados a los humanos. Además, el estudio no tiene en cuenta el efecto del alcohol etílico, que es el principal componente de la cerveza y que tiene un efecto tóxico para el organismo.

El alcohol etílico es una sustancia que se produce por la fermentación de los azúcares presentes en la cebada y otros cereales. El contenido alcohólico de la cerveza varía según el tipo y la marca, pero suele oscilar entre el 4% y el 8%. Esto significa que una lata o una botella de 330 ml de cerveza contiene entre 13 y 26 ml de alcohol puro.

El alcohol etílico tiene un efecto negativo sobre nuestro organismo, ya que interfiere con el metabolismo celular, altera el equilibrio hormonal, daña el ADN y genera estrés oxidativo. El estrés oxidativo es un proceso por el cual se producen moléculas inestables llamadas radicales libres, que pueden dañar las células y los tejidos.

El consumo excesivo o crónico de alcohol puede provocar diversas enfermedades, como cirrosis hepática, pancreatitis, gastritis, úlceras, cáncer, cardiopatías, hipertensión arterial, accidentes cerebrovasculares, demencia, depresión o dependencia. Además, el alcohol puede interactuar con algunos medicamentos y potenciar o disminuir sus efectos.

Según el investigador del alcohol Helmut Seitz, el efecto oxidativo del alcohol es mucho mayor que el efecto potencialmente positivo de todos los demás ingredientes de la cerveza. Seitz afirma que el alcohol tiene un efecto cancerígeno, especialmente en el intestino grueso, donde se descompone en acetaldehído, una sustancia tóxica. Seitz también dice que la cerveza es más perjudicial para el intestino que el vino, aunque no se sabe el motivo.

Esto no significa que tengas que renunciar a la cerveza por completo. La cerveza es una bebida que forma parte de nuestra cultura y que puede aportarnos placer y satisfacción. Además, la cerveza contiene algunos nutrientes, como vitaminas del grupo B, ácido fólico, minerales y antioxidantes, que pueden tener algún beneficio para la salud si se consumen con moderación.

La clave está en beber cerveza con moderación y responsabilidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo moderado de alcohol se define como no más de dos unidades de alcohol al día para los hombres y no más de una unidad de alcohol al día para las mujeres. Una unidad de alcohol equivale a 10 ml de alcohol puro, lo que se corresponde con una lata o una botella de 330 ml de cerveza con un 4% de alcohol.

Además, es importante beber cerveza acompañada de alimentos, preferiblemente saludables, como frutas, verduras, frutos secos o quesos. Esto ayuda a ralentizar la absorción del alcohol y a evitar los picos de glucosa en sangre. También es conveniente alternar la cerveza con agua o bebidas sin alcohol, para mantener una buena hidratación y evitar la deshidratación.

Por último, hay que tener en cuenta que hay algunas situaciones en las que no se debe beber cerveza ni ninguna otra bebida alcohólica. Estas son: cuando se va a conducir un vehículo o manejar maquinaria peligrosa, cuando se está embarazada o dando el pecho, cuando se tiene alguna enfermedad hepática o gástrica, cuando se toman medicamentos que puedan interactuar con el alcohol o cuando se tiene algún problema de salud mental o de adicción.

La cerveza es una bebida que puede ser disfrutada con moderación y responsabilidad, pero no es buena para la salud ni fortalece el microbioma intestinal, como afirman algunos estudios. El alcohol que contiene la cerveza es perjudicial para el organismo y puede causar diversas enfermedades. Por eso, hay que beber cerveza con precaución y sentido común.

¿Qué te ha parecido este artículo sobre la cerveza y tu salud? ¿Te ha sorprendido alguna información? ¿Qué hábitos tienes respecto al consumo de cerveza? Déjanos tus comentarios y comparte este artículo con tus amigos.

Esperamos tus respuestas. ¡Hasta pronto!

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