Miles de venezolanos recurren a WhatsApp para transacciones en dólares7 min read

¿Transacciones de dólares en WhatsApp? En un país donde la economía enfrenta retos constantes, los venezolanos han encontrado formas innovadoras para enfrentar las restricciones cambiarias y la depreciación de la moneda local, el bolívar. El mercado de divisas en Venezuela es tan inestable que miles de personas han comenzado a utilizar WhatsApp como su principal plataforma de intercambio de dólares. Este fenómeno ha crecido en respuesta a la falta de confianza en el sistema bancario y a las políticas restrictivas del Banco Central, que limitan el acceso al dólar en el sistema formal.

A través de estos grupos de WhatsApp, los venezolanos han creado un espacio donde pueden vender y comprar dólares sin la intervención de bancos o autoridades financieras. En estos grupos, las tasas de cambio fluctúan en tiempo real, definidas por la demanda y las condiciones del mercado paralelo, que tiende a estar por encima de la tasa oficial. Así, los grupos de mensajería se han convertido en una especie de “mercado negro” regulado por los propios usuarios, quienes establecen las condiciones de las transacciones y aseguran la rapidez de las operaciones, una necesidad en una economía tan volátil como la venezolana.

La caída en los depósitos en dólares dentro del sistema bancario venezolano ha sido significativa en los últimos años. Según un informe de la firma Aristimuño, Herrera y Asociados, estos depósitos están en su nivel más bajo de los últimos cinco años, lo que se debe en gran parte a la desconfianza hacia el sistema financiero nacional. Para muchos venezolanos, las restricciones bancarias y la imposibilidad de realizar transacciones rápidas con divisas han hecho que prefieran evitar los bancos y realizar sus operaciones cambiarias a través de medios alternativos, como WhatsApp.

El economista Carlos Ñáñez explica que esta migración a plataformas informales evidencia la necesidad de la población de tener acceso a dólares de forma directa, sin restricciones y sin depender de la banca oficial. Según Ñáñez, la falta de un sistema financiero confiable ha empujado a los ciudadanos a buscar métodos alternativos, lo que refuerza la informalización de las transacciones en divisas. La economía venezolana, ante un sistema bancario debilitado y sin opciones accesibles para el público general, ha visto cómo el mercado de divisas se desvía a los canales informales en lugar de confiar en la estructura bancaria tradicional.

Las brechas cambiarias entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, que en algunos casos han llegado a superar el 20%, son otro factor que impulsa el uso de plataformas como WhatsApp para la compra y venta de divisas. Según datos de la firma Aristimuño, la diferencia entre ambas tasas ha fluctuado ampliamente, con un pico que llegó a 26.76% en octubre, lo cual genera una profunda incertidumbre en los usuarios sobre el valor real de sus ahorros en divisas dentro de los bancos.

El Banco Central de Venezuela ha intentado disminuir esta brecha con intervenciones de divisas en el sistema, pero los resultados han sido limitados. Las empresas y ciudadanos no confían en la estabilidad de la tasa oficial y prefieren operar en un mercado paralelo donde las transacciones, aunque informales, se ajustan más a la demanda real. Esta situación ha creado un ambiente en el que las transacciones en WhatsApp se vuelven no solo necesarias, sino una alternativa a un sistema formal que no satisface las necesidades del público.

El Banco Central ha implementado intervenciones para contener la devaluación, pero estas medidas, al ser puntuales, no han sido efectivas en el largo plazo. Al inyectar montos limitados de dólares, busca estabilizar la tasa de cambio; sin embargo, los usuarios en WhatsApp encuentran más libertad en los grupos de intercambio, donde pueden obtener dólares sin depender de las restricciones del sistema bancario oficial. Ñáñez sostiene que mientras las políticas monetarias sigan enfocándose en medidas temporales y restrictivas, el público continuará migrando hacia sistemas informales que les permitan manejar su dinero sin limitaciones.

La desconfianza hacia el sistema financiero se incrementa con la represión de voces críticas, como la detención del periodista Nelin Escalante, quien había denunciado estas fallas estructurales. Para Ñáñez, esta represión no ayuda a mejorar la situación y, por el contrario, reafirma la percepción negativa de los ciudadanos hacia la economía formal. El caso ilustra cómo, ante una economía sin soluciones efectivas, la población recurre a plataformas privadas para manejar su capital de una manera más segura y controlada.

La presión del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat), que exige a los comercios facturar en bolívares al tipo de cambio oficial, es un factor que ha llevado a muchos a buscar otras alternativas. Muchos comerciantes han optado por realizar transacciones en dólares o a través de mercados informales, donde el control sobre las divisas es mayor y las penalizaciones menos severas. Este fenómeno refleja una clara pérdida de confianza en la economía formal y un rechazo a las medidas restrictivas del gobierno.

Las políticas de encaje legal, que imponen una carga elevada sobre los bancos, dificultan la disponibilidad de crédito para empresas y ciudadanos. Como resultado, los empresarios y pequeños comerciantes enfrentan serios desafíos para obtener financiamiento en bolívares y recurren al dólar en efectivo o a sistemas alternativos para sostener sus operaciones. La falta de liquidez en la banca formal afecta la capacidad de compra y limita el poder adquisitivo en dólares, creando un círculo vicioso que favorece la economía paralela.

La crisis de confianza en la banca nacional también se debe a la falta de rentabilidad de los depósitos en dólares. Según el economista José Guerra, muchos ciudadanos prefieren retirar sus fondos de los bancos nacionales y llevarlos a cuentas extranjeras, donde pueden generar intereses mucho mayores. Las condiciones actuales ofrecen pocos incentivos para que los venezolanos mantengan sus ahorros en la banca nacional, ya que la devaluación del bolívar y la inflación socavan el valor de los depósitos.

Para los ciudadanos, el riesgo de mantener el dinero en casa se considera menos amenazante que tenerlo en un banco donde no generará rendimientos. En bancos extranjeros, las cuentas en dólares pueden ofrecer hasta un 10% de rendimiento anual, mientras que en Venezuela los depósitos en dólares no reciben ninguna remuneración. Así, WhatsApp y otras plataformas de mensajería han surgido como una solución accesible, permitiendo a los ciudadanos manejar su dinero de forma ágil y sin intermediarios.

¿Te parece seguro el uso de WhatsApp para transacciones en dólares? ¿Consideras que el sistema bancario venezolano debería flexibilizar sus políticas sobre todo las transacciones de dólares en WhatsApp? ¿Crees que las políticas de encaje legal benefician o perjudican a la economía? ¿Qué otros métodos de transacción alternativa conoces en Venezuela? ¿Cómo afecta la diferencia entre el tipo de cambio oficial y el paralelo? Déjanos tus comentarios y comparte tu opinión con nosotros. ¡Te leemos!

Muchas gracias por leerme. Hasta pronto.

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