Muchas personas tienen la costumbre de partir las pastillas por la mitad cuando necesitan ajustar la dosis o cuando les resultan difíciles de tragar. Pero, ¿sabes lo que realmente implica esta práctica? ¿Conoces los riesgos y las consecuencias de hacerlo?
En este artículo, te contaremos la verdad sobre partir las pastillas por la mitad y cómo afecta a tu salud. Descubrirás cómo funcionan los medicamentos, por qué no se pueden partir todos y cómo hacerlo correctamente si es necesario. Además, te daremos algunos consejos para evitar problemas y seguir tu tratamiento de forma segura.
EL SECRETO DE LOS MEDICAMENTOS
Los medicamentos están diseñados para liberar el principio activo en el organismo de forma controlada y precisa. Para ello, se utilizan diferentes formas farmacéuticas, como comprimidos, cápsulas o grageas. Cada una de estas formas tiene unas características específicas que determinan cómo se absorbe y se distribuye el medicamento en el cuerpo.
Cuando partimos una pastilla por la mitad, podemos alterar estas características y modificar el efecto del medicamento. Por ejemplo, podemos romper el recubrimiento que protege al principio activo de los ácidos del estómago o que permite una liberación prolongada del mismo. Esto puede provocar que el medicamento se degrade, se absorba más o menos o se libere de forma irregular.
EL PELIGRO DE PARTIR LAS PASTILLAS POR LA MITAD
Partir las pastillas por la mitad puede tener implicaciones importantes en la seguridad y la efectividad del tratamiento. Algunos de los riesgos que conlleva esta práctica son:
- Cambiar la dosis del medicamento: Al partir una pastilla por la mitad, podemos obtener dos partes desiguales que contienen más o menos principio activo del que necesitamos. Esto puede causar una sobredosis o una infradosis del medicamento, con posibles efectos adversos o falta de eficacia.
- Alterar el mecanismo de acción del medicamento: Al partir una pastilla por la mitad, podemos cambiar la forma en que el medicamento actúa en el organismo. Por ejemplo, podemos convertir un medicamento de liberación prolongada, que libera el principio activo de forma gradual durante horas, en uno de liberación inmediata, que lo libera todo de golpe. Esto puede provocar picos o valles en la concentración del medicamento en la sangre, con posibles efectos tóxicos o terapéuticos reducidos.
- Aumentar el riesgo de contaminación o deterioro del medicamento: Al partir una pastilla por la mitad, podemos exponer el principio activo a factores externos que pueden afectar a su estabilidad y calidad. Por ejemplo, podemos contaminarlo con microorganismos, humedad o luz, que pueden alterar sus propiedades químicas o físicas. Esto puede reducir la potencia o la seguridad del medicamento.
LA VERDAD SOBRE PARTIR LAS PASTILLAS POR LA MITAD
Partir las pastillas por la mitad no es una práctica recomendable en general, ya que puede comprometer la seguridad y la efectividad del tratamiento. Sin embargo, hay algunas situaciones en las que puede ser necesario o conveniente hacerlo, siempre bajo supervisión médica o farmacéutica.
A continuación, te compartimos algunas recomendaciones para saber cuándo puedes y cuándo no puedes partir una pastilla por la mitad:
- Consulta con tu médico o farmacéutico: Antes de partir una pastilla por la mitad, debes consultar con un profesional sanitario que te indique si es posible y conveniente hacerlo. Algunos medicamentos están autorizados para ser partidos por la mitad, mientras que otros no lo están. Tu médico o farmacéutico te orientará en función de tus necesidades y del medicamento prescrito.
- Observa la línea marcada en el centro: Algunas pastillas tienen una línea marcada en el centro, que indica que están diseñadas para ser partidas por la mitad. Sin embargo, no todas las pastillas con línea son aptas para ser divididas, por lo que debes verificarlo con tu médico o farmacéutico.
- Parte las pastillas una a una y justo antes de tomarlas: Aunque pueda ser tentador partir varias pastillas a la vez para ahorrar tiempo, es preferible hacerlo una a una y justo antes de tomarlas. Algunas pastillas pueden verse afectadas por el calor o la humedad, por lo que debes asegurarte de hacerlo solo cuando las vayas a consumir.
- No partas pastillas de liberación prolongada: Las pastillas de liberación prolongada están diseñadas para liberar el principio activo de forma gradual en el organismo. Si las partes por la mitad, interrumpes este mecanismo y puedes alterar el efecto del medicamento. Si estás tomando este tipo de pastillas, no las partas por la mitad y sigue las indicaciones de tu médico o farmacéutico.
- Usa herramientas específicas para partir pastillas: Si decides partir una pastilla por la mitad, es recomendable usar herramientas específicas para garantizar una división precisa y segura, nunca hacerlo con las manos. Algunas opciones populares son Ezy Dose, Equadose o GloDeals, que reducirán el riesgo de que las pastillas salgan disparadas por la habitación o se pierdan trozos.
Recuerda que la información proporcionada aquí es de carácter general y no sustituye la orientación médica individualizada. Siempre consulta a tu médico o farmacéutico antes de realizar cambios en tu tratamiento.
Si necesitas ajustar la dosis de un medicamento, ahorrar en el coste de los medicamentos recetados o facilitar la ingestión de las pastillas, puede que partirlas por la mitad sea una opción viable siempre que sigas estas recomendaciones.
Redacción de rdndigital.com
Con información de computerhoy.com
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