¿Alguna vez has sentido un movimiento brusco que te despierta mientras duermes? Estos “saltos” nocturnos, conocidos como mioclonías del sueño, son más comunes de lo que imaginas. Según especialistas en neurología, se trata de movimientos involuntarios generados por el sistema nervioso que, aunque suelen ser inofensivos, a veces requieren atención médica.
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Stella Maris Valiensi, experta en neurología y medicina clínica, explica que estas sacudidas pueden ocurrir en distintas partes del cuerpo y en diversas etapas del sueño. Aunque son especialmente frecuentes en niños, también afectan a adultos en determinadas circunstancias. Aunque por lo general son normales, la persistencia o intensidad de estos episodios podría ser un signo de una afección subyacente que merece análisis.
Las mioclonías del sueño son contracciones musculares repentinas que, según la especialista, se producen debido a una breve activación de un grupo de músculos. Esto genera un movimiento similar a una sacudida que, en ocasiones, interrumpe el descanso. “Son movimientos involuntarios originados en el sistema nervioso central”, señala Valiensi, quien también menciona algunos factores de riesgo, como el estrés, la fatiga, el consumo excesivo de cafeína y trastornos neurológicos.
CAUSAS Y TIPOS DE MIOCLONÍAS
Las mioclonías del sueño pueden clasificarse en dos grandes categorías: fisiológicas y patológicas. Las mioclonías fisiológicas son comunes en personas sanas, especialmente al inicio del sueño. Un ejemplo típico es el sobresalto que experimentamos al “caer” en sueños o el hipo, que también es una forma de mioclonía.
Por otro lado, las mioclonías patológicas están asociadas a diversas condiciones médicas que afectan el cerebro, la médula espinal o los nervios periféricos. Algunas causas comunes incluyen:
- Trastornos metabólicos, como insuficiencia renal o hepática, alteraciones iónicas o hipoglucemia.
- Enfermedades neurodegenerativas o encefalopatías infecciosas.
- Epilepsia, donde las mioclonías pueden ser parte de un grupo amplio de síndromes.
- Medicamentos y sustancias tóxicas, como ciertos antibióticos, antidepresivos o pesticidas, que pueden desencadenar estas contracciones.
Además, las mioclonías pueden ser focales (afectan una región específica del cuerpo) o generalizadas (involucran múltiples áreas). También pueden clasificarse según su momento de aparición, como espontáneas, de acción o reflejas ante estímulos como el tacto o la luz.
MIOCLONÍAS EN NIÑOS: UNA ETAPA COMÚN DEL DESARROLLO
En niños, las mioclonías del sueño son particularmente frecuentes. Estudios indican que alrededor del 60% de los niños las experimentan en algún momento, especialmente durante los primeros años de vida. Esto se debe a que su sistema nervioso aún está madurando y adaptándose a los patrones de sueño.
Aunque estas sacudidas suelen ser inofensivas, es importante monitorear su frecuencia e intensidad. Si los episodios persisten o interfieren con el desarrollo normal del niño, como problemas en la escuela o dificultades para conciliar el sueño, podría ser necesario buscar ayuda médica.
Stella M. subraya que en la mayoría de los casos no es necesario intervenir con medicamentos, salvo en situaciones donde las mioclonías afectan significativamente la calidad del sueño. En estos casos, se pueden implementar terapias conductuales o, en situaciones extremas, recurrir a fármacos bajo supervisión médica.
CUÁNDO CONSULTAR A UN ESPECIALISTA
Aunque la mayoría de las mioclonías del sueño no representan un problema de salud, hay circunstancias en las que es recomendable buscar la opinión de un médico. Si los movimientos son intensos, persistentes o están acompañados de otros síntomas, como dificultad para concentrarse, irritabilidad o retrasos en el desarrollo, es fundamental acudir a un especialista en pediatría o neurología.
El tratamiento, en la mayoría de los casos, se basa en mejorar la calidad del sueño a través de cambios en la rutina diaria. Por ejemplo, evitar el consumo de cafeína, establecer horarios regulares para dormir y crear un ambiente propicio para el descanso son estrategias clave. En casos más graves, el médico podría considerar terapias más específicas.
LA RELACIÓN ENTRE ESTRÉS Y MIOCLONÍAS
Uno de los principales desencadenantes de las mioclonías es el estrés, especialmente en niños. Las exigencias escolares, actividades extracurriculares y preocupaciones cotidianas pueden generar tensión acumulada, que se manifiesta durante el sueño. Por ello, fomentar actividades relajantes antes de dormir, como la lectura o la meditación, puede ser beneficioso.
En adultos, el estrés laboral y los malos hábitos de sueño también contribuyen a la aparición de estos episodios. Mantener un equilibrio entre las responsabilidades diarias y el descanso adecuado es esencial para prevenir este tipo de movimientos involuntarios.
¿QUÉ TE PARECE?
¿Has experimentado alguna vez mioclonías del sueño? ¿Crees que el estrés cotidiano influye en tu calidad de sueño? ¿Consideras importante consultar a un médico por estos episodios? ¿Qué técnicas usas para relajarte antes de dormir? ¿Conoces a alguien que tenga movimientos nocturnos frecuentes? Déjanos tus comentarios y comparte tu experiencia con nosotros. ¡Te leemos!
Muchas gracias por leerme. Hasta pronto.
Redacción de rdndigital.com con información de elnacional.com
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