Las amistades son pilares que nos acompañan y moldean nuestra vida, ofreciendo apoyo, alegría y comprensión. Pero, cuando una amistad termina, el dolor puede ser tan intenso como el de una ruptura amorosa. Aunque este tipo de pérdida es poco discutido, su impacto emocional es innegable y cada vez recibe más atención en el ámbito psicológico. Según la investigadora Grace Vieth, de la Universidad de Minnesota, el estudio de las rupturas de amistad apenas comienza, revelando lo profundo que este tipo de vínculo impacta en nuestra estabilidad emocional.
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Crecemos asumiendo que los amigos estarán siempre allí para nosotros, y esta expectativa de permanencia nos hace vulnerables cuando una amistad llega a su fin. La psicóloga Kaitlin Flannery, de la Universidad de Nueva York en Cortland, resalta que las amistades no solo nos acompañan, sino que también nos ayudan a construir nuestra identidad. En sus investigaciones, Flannery descubrió que muchos jóvenes enfrentan rupturas de amistad que afectan profundamente su bienestar emocional, especialmente cuando la relación ya no les ofrece el apoyo que necesitan.
LOS EFECTOS PSICOLÓGICOS DE UNA RUPTURA AMISTOSA
La ciencia ha empezado a documentar los efectos emocionales de perder a un amigo cercano, una experiencia que puede desencadenar tristeza, frustración e incluso una especie de duelo. Vieth explica que los sentimientos que surgen tras una ruptura de amistad pueden ser tan complejos como los que siguen a una ruptura romántica, aunque la sociedad rara vez les concede la misma importancia. A diferencia de una separación amorosa, en la que existen pautas sociales para superar el dolor, el fin de una amistad suele dejar a las personas en una zona gris emocional, sin un proceso claro para sanar.
Además, el dolor de perder una amistad se agrava cuando consideramos las expectativas sociales alrededor de este tipo de relación. Desde la infancia, somos condicionados a ver a los amigos como un apoyo incondicional en cada etapa de nuestra vida. Este valor emocional hace que una ruptura de amistad se sienta como una pérdida de una parte de nuestra identidad. Las investigaciones muestran que, en particular, las personas que experimentan una ruptura inesperada o sin explicación –como el ghosting– experimentan mayores niveles de dolor y confusión.
CÓMO LA PERCEPCIÓN DEL GÉNERO INFLUYE EN EL DOLOR DE UNA RUPTURA
El impacto de perder una amistad también varía según el género y la naturaleza de la relación. Estudios revelan que las mujeres tienden a construir vínculos más íntimos y a esperar lealtad emocional de sus amistades, lo que hace que una ruptura sea percibida como más dolorosa en comparación con los hombres. En cambio, los hombres suelen tener redes de amistades más amplias y menos dependientes de un solo amigo, lo que amortigua el impacto de una separación. Esta diferencia refleja cómo las expectativas y el significado emocional que le atribuimos a una amistad pueden influir en cuánto duele perderla.
En este sentido, la psicóloga Flannery destaca que entender nuestras propias expectativas sobre la amistad puede ayudarnos a sobrellevar mejor una pérdida. Al mismo tiempo, es importante recordar que la salud emocional en nuestras relaciones depende de mantener expectativas realistas y de aceptar que no todos los vínculos están destinados a durar para siempre.
¿CUÁNDO ES MEJOR DEJAR IR UNA AMISTAD?
Aferrarse a amistades del pasado puede ser desgastante y, en algunos casos, poco saludable. La investigadora Vieth sugiere que hay momentos en los que lo más sabio es dejar ir, especialmente si la relación se ha vuelto tóxica o ya no aporta positivamente a nuestra vida. No todas las amistades están destinadas a perdurar; algunas, incluso, nos drenan emocionalmente. Aunque terminar una amistad puede ser doloroso, aceptar esta realidad puede liberar espacio para nuevas y mejores relaciones.
A diferencia de las relaciones amorosas, las amistades no tienen expectativas de exclusividad, lo que puede generar celos y tensiones cuando uno de los amigos empieza a formar vínculos significativos con otros. Aprender a aceptar estos cambios y a equilibrar nuestras relaciones es fundamental para mantener amistades saludables y satisfactorias.
RECONCILIARSE CON UN AMIGO: ¿CUÁNDO VALE LA PENA INTENTARLO?
Así como en las relaciones amorosas, una amistad rota puede tener una segunda oportunidad si el deseo de reconciliación es mutuo. Volver a conectar con un amigo puede traer paz y sanar viejas heridas, pero esto depende de la naturaleza de la ruptura. Si te sientes en paz con el final de la relación, quizá lo mejor sea dejar las cosas como están. Sin embargo, si extrañas a esa persona y piensas en los buenos momentos compartidos, puede valer la pena intentar una conversación para restaurar la amistad.
En última instancia, las amistades, aunque no tengan normas estrictas, son vínculos humanos profundos que requieren de tiempo y esfuerzo. Como toda relación, pueden llegar a su fin, pero también pueden enseñarnos lecciones valiosas sobre nosotros mismos y sobre el amor y la comprensión que estamos dispuestos a dar y recibir.
¿QUÉ TE PARECE?
¿Alguna vez has experimentado una ruptura de amistad dolorosa? ¿Crees que la sociedad debería darle más importancia a este tipo de pérdida? ¿Consideras que el género influye en cómo enfrentamos las rupturas de amistad? ¿Piensas que es posible retomar una amistad que ha terminado? ¿Por qué? ¿Qué valores consideras esenciales para mantener una amistad a largo plazo? Déjanos tus comentarios y comparte tu experiencia con nosotros. ¡Te leemos!
Muchas gracias por leerme. Hasta pronto.
Redacción de rdndigital.com con información de fayerwayer.com
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