El temblor es un síntoma que puede tener diversas causas, desde el estrés hasta el consumo de ciertas sustancias. Sin embargo, en algunos casos, el temblor puede ser el signo de una enfermedad neurológica que afecta a millones de personas en el mundo: el temblor esencial.
El temblor esencial es el trastorno del movimiento más frecuente y se caracteriza por temblores involuntarios que ocurren al realizar una acción o al mantener una postura. A diferencia del párkinson, que es una enfermedad degenerativa que afecta a otros aspectos del movimiento y la cognición, el temblor esencial no implica la muerte de neuronas, sino una alteración en su funcionamiento.
¿QUÉ CAUSA EL TEMBLOR ESENCIAL Y CÓMO SE DIAGNOSTICA?
Se desconoce la causa exacta del temblor esencial, pero se sabe que tiene un componente genético, ya que suele haber antecedentes familiares. También se ha relacionado con factores ambientales, como la exposición a pesticidas o metales pesados.
El diagnóstico del temblor esencial se basa en la historia clínica y la exploración física del paciente. No hay una prueba específica que lo confirme, pero se pueden realizar análisis de sangre, orina o pruebas de imagen para descartar otras posibles causas de temblor.
¿CÓMO SE TRATA EL TEMBLOR ESENCIAL Y CÓMO AFECTA A LA CALIDAD DE VIDA?
El tratamiento del temblor esencial tiene como objetivo reducir la intensidad y la frecuencia de los temblores, así como mejorar la funcionalidad y el bienestar del paciente. Existen diferentes opciones de tratamiento, que deben adaptarse a cada caso:
- Medicamentos: Los más utilizados son los betabloqueantes, como el propranolol, que disminuyen la actividad nerviosa; los anticonvulsivos, como la primidona, que modulan la actividad eléctrica cerebral; y los ansiolíticos, como el alprazolam, que reducen la ansiedad y el estrés. Estos fármacos pueden tener efectos secundarios, como somnolencia, mareos o hipotensión.
- Toxina botulínica: Se trata de inyecciones de botox que se aplican en los músculos afectados por el temblor, como los de las manos, la cabeza o la voz. El botox bloquea la transmisión nerviosa y relaja los músculos. El efecto dura entre tres y seis meses y puede causar debilidad muscular o dificultad para tragar.
- Cirugía: Se reserva para los casos más severos y refractarios a los tratamientos farmacológicos. Consiste en implantar unos electrodos en una zona del cerebro llamada tálamo, que está implicada en el control del movimiento. Los electrodos se conectan a un generador que emite impulsos eléctricos que modulan la actividad neuronal y disminuyen el temblor. Este procedimiento se llama estimulación cerebral profunda y requiere una intervención quirúrgica y un seguimiento periódico.
- Ultrasonidos: Es una técnica no invasiva que consiste en aplicar ultrasonidos focalizados guiados por resonancia magnética en el tálamo. Los ultrasonidos generan calor y producen una lesión controlada en las neuronas responsables del temblor. Este método tiene la ventaja de no requerir cirugía ni anestesia, pero tiene el inconveniente de ser irreversible y no poder ajustarse.
El temblor esencial puede afectar significativamente a la calidad de vida de las personas que lo padecen, ya que dificulta la realización de actividades cotidianas como comer, beber, escribir o vestirse. Además, puede generar problemas psicológicos como ansiedad, depresión o baja autoestima.
¿QUÉ CONSEJOS SE PUEDEN SEGUIR PARA CONVIVIR CON EL TEMBLOR ESENCIAL?
Además de seguir el tratamiento indicado por el médico, existen algunas medidas que pueden ayudar a mejorar la situación de las personas con temblor esencial:
- Evitar la cafeína, el alcohol y otras sustancias que puedan aumentar el temblor.
- Practicar técnicas de relajación, como la respiración profunda, el yoga o la meditación, para reducir el estrés y la tensión emocional.
- Hacer ejercicio físico moderado y adaptado a las capacidades de cada uno, para mejorar la fuerza muscular, el equilibrio y la coordinación.
- Usar utensilios adaptados, como cubiertos con mangos gruesos, vasos con tapa o bolígrafos con peso, que faciliten el agarre y el control del movimiento.
- Solicitar ayuda profesional cuando sea necesario, como un fisioterapeuta, un terapeuta ocupacional o un psicólogo, que puedan ofrecer orientación y apoyo para afrontar el temblor esencial.
El temblor esencial es una enfermedad crónica que no tiene cura, pero que se puede tratar y mejorar. Lo más importante es no perder la esperanza y buscar la mejor forma de adaptarse y convivir con el temblor. Para ello, es fundamental contar con el apoyo de los familiares, los amigos y los profesionales sanitarios.
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Redacción de rdndigital.com
Con información de elnacional.com
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