Fuente: semana.com
De acuerdo con un estudio, la vitamina D es un suplemento ideal que complementa un plan integral para bajar de peso.
Así se estableció en medio de un congreso de endocrinología llevado a cabo en Washington hace algunos años y publicado en el sitio Nutri Facts, donde establecieron que la vitamina D funciona como un aliado en los planes bajos en calorías.
Para llegar a esa conclusión en el estudio, los investigadores midieron los niveles de esta vitamina en 38 hombres y mujeres con sobrepeso antes y después de seguir un plan de alimentación hipocalórico.
Posteriormente, los resultados mostraron que los participantes que tuvieron un incremento en los índices en el indicador para medir el precursor de la vitamina D perdieron casi 0,196 gramos más, incidiendo en la pérdida de peso de quienes hicieron parte del estudio.
De otra parte, la vitamina D es una hormona fundamental para el organismo, además de cumplir un papel fundamental a nivel metabólico, cardiovascular y endocrino, interviene en la absorción del calcio en los huesos y garantiza el correcto funcionamiento del metabolismo, el crecimiento celular, el sistema inmunitario y los procesos inflamatorios.
De hecho, la deficiencia de esta vitamina es el principio de muchos problemas de salud como: hipertensión, obesidad, osteoporosis, algunos tipos de cáncer, depresión, esclerosis múltiple y alzhéimer. De hecho, una investigación iniciada en 1997, y publicada por la revista Alzheimer’s and Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association, “reveló que las personas con niveles más altos de vitamina D en el cerebro tenían entre un 25 y un 33 % menos de probabilidades de sufrir demencia”.
LA VITAMINA D CONTRA ENFERMEDADES COGNITIVAS
Los investigadores examinaron muestras del tejido cerebral de 209 participantes en el Proyecto Rush Memory and Aging, un estudio a largo plazo sobre la enfermedad de Alzheimer. Estos evaluaron la función cognitiva de los participantes, personas mayores sin signos de deterioro cognitivo, a medida que envejecían, analizaban las posibles irregularidades en su tejido cerebral una vez fallecidos.
Los científicos se centraron particularmente en los niveles de vitamina D en el cerebro de los voluntarios, descubriendo así que los que tuvieron niveles más altos gozaron de una mejor función cognitiva. La autora principal de la investigación, Sarah Booth, directora del Centro de Investigación de Nutrición Humana Jean Mayer USDA en Boston, EEUU, explicó que “el estudio realizado reforzó la importancia de estudiar cómo los alimentos y los nutrientes crean resiliencia para proteger el cerebro, que envejece contra enfermedades como el Alzheimer y otras demencias relacionadas”.
Para dicha práctica, se analizaron muestras de dos zonas asociadas con los cambios relacionados con la enfermedad de Alzheimer, otra relacionada con las formas de demencia asociadas al flujo sanguíneo, y una región carente de relación con el deterioro cognitivo vinculado a estas enfermedades. Todas presentaban niveles de vitamina D, y en los voluntarios con mayores proporciones, la función cognitiva en vida fue mucho mayor.
Sin embargo, según revelan los científicos, “al día de hoy, no han sido capaces de asociar los niveles de esta hormona con ninguno de los marcadores fisiológicos asociados con la enfermedad de Alzheimer, como la acumulación de placa amiloide, la enfermedad de cuerpos de Lewy o la evidencia de accidentes cerebrovasculares crónicos o microscópicos. Esto significa que aún no se ha podido categorizar mediante qué mecanismos la vitamina D afecta a la función cerebral”.
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